lunes, 14 de diciembre de 2009

Uruguayos de palabra

No hace falta recorrer el dial de punta a punta para reparar en que El hijo de Hernández, de El Cuarteto de Nos, es una de las canciones más curiosas que pueden escucharse por estos días en las radios. Y tampoco es necesaria demasiada atención al oírla para descubrir el sello de los charrúas. La anécdota del hombre al que se obstinan en adjudicarle otra identidad, historia entre jocosa y trágica, es narrada a través de un componente clásico del grupo: las constantes rimas consonantes (hablando de rimas).


“Me gusta tener un concepto y a partir de ahí desarrollar esa idea en el formato canción, que no se me vaya de los 5 minutos. Después, trato de cargarla de información utilizando juegos de lenguaje. Me meto a juntar yo mismo información sobre el tema que elegí, armo un boceto y comienzo el trabajo”, revela acerca de su forma de componer el mismo Roberto Musso, pluma y voz de El Cuarteto de Nos (ups, otra rima).

“Soy de anotar las que se me ocurren –amplía–. Me gusta que las rimas sorprendan, que se alejen de lo estándar, de lo trillado”. Entre los muchos ejemplos que podemos hallar en sus letras, tenemos uno de Hoy estoy raro, donde se rima “nami” (proveniente del lunfardo rioplatense) con “Tsunami”, palabra de origen japonés y de reciente uso occidental. “Por supuesto que hay ocasiones, como pasa con algunas baladas, que no admiten ese tipo de letras. Me lo tiene que permitir la canción”.

El Cuarteto de Nos también es diestro en calambures. Inspirado en el rosarino radicado en Uruguay Elvio Gandolfo, Santiago Tavella, bajista de la agrupación, publicó algunos años atrás el libro Yo a este lo ablando hablando. Por allí se leen cosas como “Si yo lo quito, ella lo caza / Si yo loquito, ella locaza”. “A veces hacíamos algunos juegos de palabras en medio de los shows. Santiago lo oficializó publicando el libro, que recopila esos interludios y le incluyó algunas frases inéditas”, detalla Musso.

Exponentes “charrúas”
Lo cierto es que la banda, que acaba de editar el recomendable Bipolar, no está sola en esa tradición de los juegos con el lenguaje, y mucho menos en su tierra. Pedro Paiva, integrante uruguayo del dúo cómico Los Modernos, es quien escribe los textos para luego reproducirlos sobre las tablas junto a Alejandro Orlando. Tensando los límites y las acepciones de las palabras, hacen uso del humor (“Un novio es alguien que no vio”), de la ironía (“Dios aprieta pero no suelta”) o de la reflexión, siempre en un tono ameno e inteligente.

Al margen del natural histrionismo de la dupla, el lenguaje es el amo y señor de cualquier obra de Los Modernos. El primer sketch de Fo abre bajo la premisa de hablar con corrección sobre lo incorrecto: “Como nada de lo humano nos es ajeno,/ esta noche seremos malos y seremos buenos./ Seremos mal educados/ desde la buena educación”, sueltan, y a partir de allí razonan acerca de las malas palabras con su habitual elegancia.

Otro entusiasta de las rimas, Jorge Drexler, también utiliza algunos jueguitos retóricos en sus letras. Su disco Eco (2004) es profuso en ese sentido: en Transporte, Drexler pronuncia el equívoco “Parte de mi alma parte a tu encuentro”, otorgándole doble significado al verbo partir. También está justamente Eco, donde canta “Esto que estás oyendo/ ya no soy yo/ es el eco, del eco, del eco/ de un sentimiento”, como sonorizando aquella experiencia acústica. O bien el recitado del comienzo en Guitarra y vos: “¡Que viva la ciencia, que viva la poesía! ¡Qué viva siento mi lengua cuando tu lengua está sobre la lengua mía!”.


El guía Masliah

El uso de rimas, silogismos, retruécanos o anagramas por parte de estos exponentes encuentra un vínculo indudable, siempre dentro del terreno uruguayo, con un trovador de largo aliento.
“Leo Masliah fue nuestro primer referente –asegura el cantante de El Cuarteto de Nos–. Cuando empezamos, teníamos nuestras ideas para las letras, pero nos era difícil transportarlas al plano musical. Y descubrir a Leo fue una revelación, al notar cómo el tipo pudo meter en su propuesta todas esas cosas”.

Masliah –músico, escritor y dramaturgo– siempre se mantiene cerca de esos llamativos usos de la lengua. Por caso, la denuncia rimada que representa Mamá, quiero que caduque tu pretensión punitiva sobre mí, o la turbulenta y reflexiva Imaginate mijo dejan en claro que no utiliza esa creatividad gramatical como un fin en sí mismo, sino para unirla al humor, el absurdo o la protesta.

A decir de Los Modernos, es el oyente quien finalmente detecta o no esas sofisticadas elaboraciones a partir de las amplias posibilidades que otorga el castellano. En sus propias palabras: “Uno dice lo que dice y el otro escucha lo que escucha... Es una lucha”.

Publicado originalmente en VOS