sábado, 16 de enero de 2010

Bezos para todos

El dato apareció en los cables de noticias navideños, a medio camino entre el presagio y la estrategia de marketing: Jeff Bezos, presidente de Amazon.com –la librería virtual más grande del mundo–, aseguraba que su emporio había vendido más libros electrónicos que físicos en la última curva del 2009. Todo a razón del Kindle, su famoso lector de e-books, cuyas ventas se dispararon como las cañitas durante las fiestas de fin de año. Los medios globales reprodujeron la noticia y, una vez difundida, algunos analistas ya comenzaron a rotular este incipiente 2010 como “el año de los e-books”.

Lo anterior podrá sentar un valioso antecedente o pasar a engrosar la lista de las profecías incumplidas, lo cierto es que a partir del martes próximo, el Kindle DX (versión mejorada del primero) ya se podrá comprar vía Amazon.com en casi todo el mundo y eso incluye, desde luego, a nuestro país. La buena nueva, ansiada por varios amantes de los chiches tecnológicos, se ve eclipsada por dos serios inconvenientes. El primero es su precio, bastante elevado para el bolsillo latinoamericano: el Kindle DX cuesta 489 dólares, unos $ 1900 a los que hay que sumar los gastos de envío. El segundo es todavía menos esperanzador: la escasísima cantidad de títulos traducidos al español que se encuentran disponibles en formato digital, amén de que hoy es imposible obtener e-books de autores de habla hispana cuya carrera no esté signada por best sellers.

Negocios virtuales. El Kindle permite descargar contenido de forma remota (libros, revistas, más de 100 diarios de todo el mundo), pero únicamente provisto por Amazon.com, que a su vez posee cuantiosas alianzas con las principales editoriales del planeta. A un promedio de 10 dólares por cada e-book y frente a la (de momento) inexistente posibilidad de downloads gratuitos –o ilegales–, la compañía de Bezos juega con todas las cartas a su favor. Sin embargo, hay otros interesados en sentarse a la mesa para disputarle los ases.

Pasó algunos años atrás con los reproductores de mp3 y la historia suele repetirse: con el correr de los meses se abrirá el juego dentro del negocio de los libros electrónicos. Es decir, al mercado que hoy lidera Amazon se le sumarán otras empresas y será otro el escenario. Sony, la cadena de librerías Barnes & Noble y Apple (no podía faltar la manzanita) ya tienen listos sus gadgets para hacerle frente al Kindle. Otro que podría meter la cola es Google, que cuenta con el servicio Google Books y que además lanzó hace pocos días su celular Nexus One, para hacerle sombra al iPhone y dejar en claro que también tiene la mente puesta en la fabricación de hardware. En ese panorama, los más beneficiados probablemente serán los consumidores, al haber más oferta y, por ende, precios más competitivos.

De cualquier manera, toda esta posible coyuntura se discute más entre editores con ánimo previsor que entre potenciales lectores. Sucede que todavía es difícil imaginar la canasta playera con un Kindle en lugar de aquellos libros que durmieron en el estante buena parte del año. O una biblioteca entera almacenada en un aparato del tamaño de un folleto de rotisería. Es difícil, sí, pero aprovechemos: la imaginación es una de las pocas experiencias virtuales por las que todavía no hay que pagar.